Los conocimientos son parte del desarrollo humano, para lograrlos el medio es la escuela y para medirlos los exámenes, la medida individual son las calificaciones.
Unas calificaciones altas reflejan entendimiento y recursos para cumplir con trabajos y tareas, y son requisito para ser tomado en cuenta en la competencia por un trabajo.
En la inmadurez de la infancia es necesario que la responsabilidad la asuma en su totalidad los padres y se encarguen de cumplir con el programa escolar, los maestros es un elemento más en esta tarea de aprender y es un elemento muy variable, puede tocar desde el maestro comprometido y con vocación que apoyará al padre y lo complementará, hasta el maestro que es solo un empleado más, preocupado por sus propios problemas sociales y financieros que apenas esta consciente de su responsabilidad y que será un obstáculo en el aprendizaje de conocimientos y en el cual habrá necesidad de negociar la manera en que se podrá obtener una mejor calificación para el hijo, evitando el conflicto emocional y el desafío por su conducta.
Si por los resultados se ve que el hijo no puede alcanzar arriba del nueve, a pesar de los esfuerzos, será necesario observar cual es entonces el talento del menor y ayudarlo a desarrollarlo.
Si uno como padre decide que apoyar al hijo esta completamente fuera de lo planeado, deberá como responsable del menor por lo menos buscar quien lo puede apoyar, si no un familiar, será necesario incluso pagar si el presupuesto lo permite, a quien pueda apoyarlo dentro de un grupo de estudio o un maestro de regularización.
Posiblemente no es el caso del los padres, pero a los hijos hay que darles la oportunidad de un buen antecedente, es penoso llenar una solicitud de empleo en donde piden el promedio de primaria y de secundaria y que estos sean menores de ocho, y es algo que si piensan bien ya no se puede corregir.
Menos entretenimiento, mas planeación, más reflexión, nos permiten disfrutar de una vida mejor, menos difícil y con menos problemas.
Unas calificaciones altas reflejan entendimiento y recursos para cumplir con trabajos y tareas, y son requisito para ser tomado en cuenta en la competencia por un trabajo.
En la inmadurez de la infancia es necesario que la responsabilidad la asuma en su totalidad los padres y se encarguen de cumplir con el programa escolar, los maestros es un elemento más en esta tarea de aprender y es un elemento muy variable, puede tocar desde el maestro comprometido y con vocación que apoyará al padre y lo complementará, hasta el maestro que es solo un empleado más, preocupado por sus propios problemas sociales y financieros que apenas esta consciente de su responsabilidad y que será un obstáculo en el aprendizaje de conocimientos y en el cual habrá necesidad de negociar la manera en que se podrá obtener una mejor calificación para el hijo, evitando el conflicto emocional y el desafío por su conducta.
Si por los resultados se ve que el hijo no puede alcanzar arriba del nueve, a pesar de los esfuerzos, será necesario observar cual es entonces el talento del menor y ayudarlo a desarrollarlo.
Si uno como padre decide que apoyar al hijo esta completamente fuera de lo planeado, deberá como responsable del menor por lo menos buscar quien lo puede apoyar, si no un familiar, será necesario incluso pagar si el presupuesto lo permite, a quien pueda apoyarlo dentro de un grupo de estudio o un maestro de regularización.
Posiblemente no es el caso del los padres, pero a los hijos hay que darles la oportunidad de un buen antecedente, es penoso llenar una solicitud de empleo en donde piden el promedio de primaria y de secundaria y que estos sean menores de ocho, y es algo que si piensan bien ya no se puede corregir.
Menos entretenimiento, mas planeación, más reflexión, nos permiten disfrutar de una vida mejor, menos difícil y con menos problemas.