Navidad es tiempo de regalar, los niños apenas lo entienden y ya participan con su ilusión de pedir cosas a su gusto, los padres se ven en el compromiso de atender a su familia, no lo pensamos, no lo decidimos, ya la suerte esta echada y solo queda cumplir.
A lo largo de todo el año hay fechas semejantes, pero en este periodo la cantidad de compromisos iguala al total de todo el año, son las costumbres, es nuestra cultura, estamos obligados a participar, esta temporada y todo el año, son estos retos los que nos motivan a trabajar para tener el dinero para cubrir los gastos.
La mejor solución es la planeación para saber que hacer y la disciplina para poder hacer realidad los planes, anticiparse es lo que da mejores resultados, si no se tiene un empleo, este método es la única alternativa, va contra nuestra comodidad, va contra nuestro deseo de inmediatez, que es fruto de cultivar la impaciencia.
Para tener bajo control nuestra propia conducta, hay que usar todas las técnicas disponibles a nuestro alcance, el ahorro, organizar nuestro ambiente con ese propósito, un cuaderno de anotaciones, austeridad en nuestros gastos, mejorar el desempeño y hacer equipo con los compañeros, la familia o los amigos para no perder el paso.
Me es difícil justificar la validez de estos eventos, pero por lo inevitable, es mejor estar preparados para cumplir en lo posible, las expectativas de los que dependen de uno.